Creo que todos aquí, seamos cristianos o no, hemos escuchado algunas vez las palabras de Jesús: "Si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos".
Tengo que confesar que por décadas me costó muchísimo entender el significado de esas palabras. Como es posible que tengamos que convertirnos en niños cuando los niños hacen berrinches, gritan, no escuchan, no obedecen, nos faltan el respeto, nos sacan de quicio, mienten, pegan, ...
Sin embargo en los últimos años, desde que encontré la Disciplina Positiva y la psicología adleriana, mi mirada hacia los niños ha cambiado de 180 grados, como si antes estuviera llevando puesto unas gafas sucias que poco a poco se están limpiando. Y es cierto, la gafas que llevaba puestas antes eran las gafas de los mensaje que recibimos constantemente en nuestra sociedad sobre como "deberían ser" los niños y cuan lejos están de esa fantasía y imagen distorsionada.
En cambio más aprendo sobre la psicología de los niños y sus dones únicos, más asombro siento y respeto les tengo y me doy cuenta de que, si estamos abiertos al cambio y a mejorarnos, hay tanto que los niños nos pueden enseñar. Y eso puede ocurrir a cualquiera edad que tengan aún muchas de la características que estaré enlistando se desaparecen poco a poco por causa de nosotros los adultos.
Entonces vamos a ver que pueden enseñarnos los niños y, también los adolescentes, si solamente cambiamos nuestra mirada.
Nos enseñan a mirarnos sin criticarnos
¿Has observado alguna vez a un niño pequeño mirándose al espejo? Se mira, se sonríe, trata de besarse, se acepta así como es, no teme la opinión de los demás y no ve nada malo en sí.
De adultos, en cambio, muchos de nosotros nos miramos al espejo y notamos inmediatamente lo que no nos gusta, que pensamos que se tiene que cambiar. Según algunos estudios 91% de las mujeres cuando se miran en el espejo no les gusta lo que ven.
Como hemos llegado a eso podría ser el tópico de otro articulo, lo que me gustaría hacer aquí es ver que podemos aprender de los niños sobre este tema y reflexionar sobre como seria diferente nuestra vida si pudiéramos otra vez mirarnos, hablarnos y tratarnos a nosotros mismo como cuando éramos niños, con aceptación, con cariño, conscientes de que somos seres únicos y muy, muy valiosos.
Por el momento os dejo aquí el link a un artículo si quieren explorar mas este tema.
https://eresmama.com/causas-una-baja-autoestima-ninos/
Nos enseñan a levantarnos cada vez que nos caímos
Cuando los niños empiezan a caminar se caen y se levantan hasta 17 veces por hora. Imagínate si a la primera caída fueran a sentarse diciendo: "Soy un fracaso, nunca caminaré, mejor me quedo aquí sentado por el resto de mi vida y no lo intento más". Gracias a Dios eso no ocurre y ellos se levantan y siguen intentándolo y con cada caída e intento se fortalecen hasta que aprenden a caminar y ya nadie los para.
¿Y si fuéramos a hacer lo mismo, a levantarnos tras cada caída, aprendiendo de ella y fortaleciéndonos? Nadie podría pararnos. Y la verdad es que todos hemos aprendido a caminar cayéndonos y levantándonos, todos tuvimos esa resiliencia.
Tristemente muchos niños al crecer pierden ese don de levantarse tras una caída y algunos hasta desarrollan el miedo a intentar cosas nuevas. Preguntémonos porque ocurre eso, ¿Qué mensajes reciben del mundo adulto que les hace cambiar tan drásticamente?
Nos enseñan a mirar todo con curiosidad y asombro
Para los niños el mundo es todo para descubrir, quieren aprender, entender, conocer. Por eso nos hacen tanta preguntas, por eso pueda que pasen horas a observar las hormigas trabajando, o hagan caer algo vez tras vez porque han descubierto la gravedad y le gusta experimentarla. Quizás estas cosas nos molesten, pero en verdad son un signo de que ellos tienen una sana curiosidad. Que mágica podría ser la vida para nosotros si fuéramos a tener todavía un poco de curiosidad y si fuéramos capaz de mirarnos al nuestro alrededor con ojos de niños, con asombro con deleite.
Nos enseñan a amar si condiciones
Como padres todos hemos cometido y todavía cometimos errores. Levante la mano quien de nosotros no ha alguna vez gritado, perdido la paciencia y la calma, humillado, herido, etiquetado a nuestros hijos. Sin embargo ellos siguen amándonos, con todos nuestro fallos, errores e imperfecciones. Nos aman tal como somos.
¿Hacemos lo mismo nosotros?
Estoy segura que todos nosotros amamos nuestros hijos y queremos lo mejor para ellos, pero ¿los amamos sin condiciones, tal como son? ¿O el mensaje que reciben de nosotros (quizás sin que nos demos cuanta) es: " Mi amor esta condicionado a que me obedezca, que te portes bien, que hagas lo que digo yo, que seas como el hijo y hija de mi sueños, que seas perfecto"?
Dejo esta pregunta allí, en el aire. A mi me tomó años a darme cuenta de que, aunque amaba a mis hijos, el mensaje que les estaba dando, sobre todo a mi hija, era que mi amor era condicional.
Nos enseñan a perdonar sin guardar rencor
Esto va, in parte, ligado al lo hablado antes.
Unas de las herramientas de Disciplina Positiva que los padres aprenden en nuestros cursos son las 4 R's de la recuperación donde se aprende a admitir nuestros errores, pedir disculpa y buscar soluciones juntos. De esa manera modelamos muchísimas cosas, incluido que todos podemos aprender de nuestros errores y que todos podemos pedir perdón. Una de las cosas que les decimos a los padres es que los niños son muy indulgentes y nos perdonan fácilmente. Es raro que un niño guarde rencor por mucho tiempo, aún cuando los herimos profundamente.
¿Y nosotros? ¿Tenemos la misma habilidad de perdonar o guardamos rencores que nos amargan la vida por largos tiempos?
Nos enseñan a gozar del momento presente
Los niños tienen una gran capacidad de vivir con intensidad el momento presente, lo que están haciendo y explorando. A veces se concentran tanto que nos quejamos de que no nos escuchan. Pero la verdad es que no oyeron porque todo su ser está presente en lo que están haciendo.
En ocasiones también están gozando tanto de la actividad de ese momento que no quieren interrumpirla y aquí encontramos otra ocasión de frustración para los adultos que se molestan si los niños no interrumpen inmediatamente lo que están haciendo para irse a bañar o a comer.
Que irónico que hoy en día haya cursos de mindfulness para recuperar justo esa habilidad de gozar del momento presente que teníamos de niños y que perdimos por el camino.
Nos enseñan a cuestionarlo todo y a tener una mente abierta
Muchos de nosotros nos quejamos de que nuestros hijos no nos obedecen y, sobre todo los adolescentes, que lo cuestionan todo. Pero si nos ponemos a pensar: ¿De verdad queremos que los niños crezcan sin hacerse preguntas, que acepten cualquier cosa, aun si no tiene sentido para ellos? ¿De verdad queremos hijos que se conviertan en adultos que hacen las cosas porque se los han dicho los demás y ellos no han aprendido a pensar con sus propias cabezas?
Es claro que mantener ciertas conversaciones puede ser incómodo, sobre todo si nos obligan a salir de nuestra zona de confort, o a cuestionar tradiciones con las que hemos vivido nosotros.
Sin embargo, se puede aprender tanto de nuestros hijos. A mí me han retado muchas veces a ir más allá de la superficie, me han preguntado por qué tenía ciertas opiniones y tuve que admitir que eran opiniones heredadas de mis padres o de la sociedad, pero que no tenía información suficiente para poder defenderlas. Ha sido un camino muy liberador donde hemos crecido en respeto mutuo y donde he aprendido a verdaderamente apreciar a mis hijos, todo lo que saben y su integridad en querer informarse antes de tomar ciertas decisiones.
Nos enseñan a cultivar nuestra imaginación
¿Han visto alguna vez los niños jugar con una caja de cartón que se ha convertido en un barco de piratas, una nave espacial, una casa, un avión, una cueva, un bunker? La imaginación y creatividad de los niños tienen el potencial de ser inmensas.
Como escribe Macarena Julio: " Cuando en la infancia usamos la imaginación, podemos recordar el pasado, traer a la mente cosas que no están presentes, y ponerlos en el lugar del otro (imaginar como se siente otro niño/a frente a una situación, por ejemplo). Además, la imaginación nos permite idear soluciones para resolver problemas, nos permite anticiparnos, descubrir y explorar cosas nuevas, desarrollando -y esto es clave- recursos originales. Cuando un niño/a está frente a un puzzle que está armando por primera vez, -y le damos espacio y tiempo para perseverar en su solución- debe recurrir a su imaginación y creatividad para encontrar la respuesta".
https://www.crecerdecolores.com/post/2019/06/24/ni%C3%B1os-y-creatividad
Parece que al crecer perdemos ese gran don de la imaginación y creatividad. Nuestra visión del mundo se hace cada día más limitada y las opciones que contemplamos para nuestra vida y nuestro futuro resultan ser aburridas y estereotipadas. También parece que solo usamos nuestra imaginación para pensar en todas la cosas negativas que nos pueden ocurrir.
¿Cómo sería nuestra vida si fuéramos a redescubrir esos grandes dones de la creatividad e imaginación que todos teníamos? Pongámonos otra vez a jugar con nuestros hijos para entrenar otra vez los músculos atrofiados de nuestra imaginación que podría ayudarnos a vivir una vida con más posibilidades.
En conclusión:
Como mencioné al principio siento un profundo agradecimiento para con los niños por todo lo que nos enseñan, con su entusiasmo, curiosidad, vulnerabilidad, creatividad y amor.
A lo mejor leyendo este artículo te ha venido en mente otras cosas que podemos aprender de los niños, o más bien recuperar lo que ya teníamos en nuestra niñez y que perdimos en el camino. Me encantaría si los compartieras en los comentarios, así que podemos seguir creciendo.