Existe un mito sobre la Disciplina Positiva y es que es permisiva. Quizás se formó por qué DP ofrece herramientas alternativas a los gritos y castigos o porque promueve ser firme y amable al mismo tiempo. ¿Pero qué significa ser amable y firme al mismo tiempo? Se preguntarán.
Les voy a contar lo que nos ocurrió a mi hijo y a mí hace unos 10 días. Es un gran ejemplo precisamente de esta combinación de firmeza y amabilidad y de la importancia de poner límites y ser consecuente.
Nuestro hijo, que tiene casi 15 años, acaba de empezar en un nuevo colegio, que entre otras cosas comparte muchos de los valores de la Disciplina Positiva y el respeto mutuo.
Como buen adolescente, y después de dos meses de vacaciones, a él le está costando levantarse temprano y estar listo a tiempo. La semana pasada salimos de casa más tarde de lo usual y llegamos al colegio a las 7.34 (las lecciones empiezan a las 7.30 en punto).
Las puertas del colegio estaban ya cerradas y el señor encargado de monitorear las entradas y las salidas nos dijo que ya no se podía entrar.
Mi hijo no era el único que había llegado tarde. Imagínense la sorpresa y consternación de todos. Empezaron a pedir que por favor les dejaran entrar y entonces salió la directora que con mucha amabilidad y gran respeto y firmeza también les recordó que las clases empiezan a las 7.30 y que ellos habían firmado un contrato donde se habían comprometido a llegar a tiempo y que eso está escrito también en el manual del estudiante que deberían de haber leído. Todos tuvieron que volver a sus casas.
En ese momento el colegio estaba poniendo unos límites claros con amabilidad y firmeza. En ningún momento hubo una falta de respeto, un juicio o un reproche, pero tampoco cedieron permitiéndoles a los chicos entrar.
Hace uno 10 años atrás yo hubiera reaccionado a lo ocurrido enojándome, culpándolo, castigándolo y quizás humillándolo y probablemente dañando nuestra comunicación. ¿Y que hubiera aprendido él?
Sin embargo, yo podía ver que él, además de sorprendido, ya se sentía avergonzado y quizás un poco culpable y pensé que esta experiencia podía ser una grande oportunidad de aprendizaje.
Volvimos a casa y en el coche conversamos sobre el ocurrido y buscamos soluciones juntos para que esto no fuera a repetirse en el futuro. Yo le dije que me comprometía a despertarlo más temprano en la mañana y le pregunté que podía hacer él por su parte. Me dijo que iba a tratar de acostarse un poco más temprano, y en la mañana también no se quedaría en la cama hasta el último minuto.
También le expliqué que aún estábamos en horario escolar, aunque sin estar físicamente presente en la escuela y que no se podían emplear para jugar en la computadora. Me dijo que se iba a sentar a leer el famoso manual del estudiante que todavía no había leído y a dedicarse a hacer deberes.
Le pregunté qué le parecía la idea de escribir a los profesores de las clases que iba a perder para disculparse y pedirles que le enviaran los temas y ejercicios que se iba a perder. Le gustó la idea y lo hizo.
Desde entonces nuestro hijo no solo ha estado listo a tiempo, sino que me ha recordado él mismo cuando es hora de salir de casa.
La importancia de poner límites claros en vez de quejarse
Cuando algo nos molesta, muchas veces nos quejamos, nos enojamos, reprochamos a los demás en vez de ver qué podemos hacer de manera constructiva para cambiar la situación. Esto es válido tanto para un colegio que ya está cansado de que los estudiantes lleguen tarde en la mañana, como para unos padres que quieren que los hijos no dejen sus cosas tiradas por todo los lados, o como para un individuo que ya no quiere que otras personas se aprovechen de él.Como dice Eckhart Tolle: "Cuando te quejas, te conviertes en una víctima. Deja la situación, cambia la situación o acéptala. Todo lo demás es locura."¿Y cómo se puede cambiar la situación? Poniendo límites claros de manera respetuosa. No hace falta ser abusivo o faltar el respeto. Eso sí, los límites no sirven para nada si no somos consecuentes y no los mantenemos. Y a veces en eso nosotros somos nuestros peores enemigos.O ponemos límites como reacción a un momento de rabia y que son imposibles de mantener o somos nosotros mismos los primeros a romper las reglas y no cumplir con lo decidido.Entonces vale la pena observarnos y ver como podemos empezar a poner límites útiles y constructivos y llevarlos a cabo, aún sea difícil.
Amable y firme a la vez
Ser amable no significa complacer a tus hijos o protegerles y rescatarles de cualquier decepción, eso es ser permisivo. Ser amable implica ser respetuoso con el niño y con uno mismo. Por otro lado, la firmeza no equivale a castigos, sermones o cualquier otra forma de control. Cuando la firmeza se combina con amabilidad, equivale a respeto por el niño, para con nosotros y por la situación.
Para ser amables y firmes a la vez necesitamos decidir que queremos basar nuestras relaciones en el respeto mutuo. Yo me respeto a mí mismo siendo firme en lo importante y respeto al niño buscando la conexión antes de todo y recodándome a mí mismo que esa personita que tengo frente a mí es un ser en crecimiento que está en constante aprendizaje y que tiene emociones como yo.
¿Qué estrategias utilizar? Algunas de las herramientas que propone la disciplina positiva son:
Hacer preguntas que despierten su curiosidad. Fomentar acuerdos que se establecen en reuniones familiares. Ser consecuentes con lo que decimos. Ganarse a los niños en vez de ganarles. Alentar en vez de alabar y premiar. Centrarse en soluciones eliminando los castigos y las amenazas como métodos de control externo. Conectar antes que corregir. Poner límites y llevarlo a cabo. Aprender las metas equivocadas que están detrás del comportamiento del niño. Entender cada error como una oportunidad de aprendizaje.
En fin, como dice Jane Nelsen, una de las fundadoras de Disciplina Positiva: "¿De dónde sacamos la loca idea de que para que los niños se porten mejor, primero tenemos que hacerles sentirse peor?"
Si quieres saber más sobre la Disciplina Positiva o aprender sus herramientas, te invito a seguirnos a Virginia y a mí en nuestras redes y a apuntarte a algunos de los cursos y talleres que ofrecemos.